lunes, 28 de marzo de 2016

Alberto Vargas (1896-1982)


Joaquín Alberto Vargas Chávez, nació en Arequipa, Perú, el 9 de febrero de 1896, primer hijo de seis de Max Vargas, un notable fotógrafo de retratos y paisajes, muy conocido en todo el Perú y en Europa.
En el laboratorio de su padre, Vargas aprendió las técnicas de la fotografía y en especial a utilizar el aerógrafo, que no era el instrumento delicado de la actualidad, sino un tosco dispositivo que por el método de aspersión se utilizaba para retocar y colorear los negativos y las fotografías.   En sus manos, Alberto lo convirtió en un sofisticado arte que hacía maravillas en las fotos de los clientes de su padre.  Pero la pasión de Alberto no era precisamente la fotografía, sino la pintura y el dibujo que despertaba en él, ideas que plasmaba en el papel con una sutileza muy pocas veces vista.
En 1911 cuando Alberto era un adolescente viajó a Suiza en compañía de su padre y su hermano Max, para completar sus estudios y luego ingresar a las mejores escuelas de fotografía en Ginebra y Londres. Pasó cinco años estudiando en las mejores escuelas de Suiza.  Aprendió alemán y francés y comenzó a trabajar como practicante en un estudio de fotografía en Ginebra.   Pronto estalló la guerra y en 1916 recibió un telegrama de su padre dándole instrucciones para regresar a su país vía Nueva York.
Alberto llegó a Nueva York en octubre de 1916.  Pasó los primeros días paseando por las calles y avenidas de esa gran metrópoli. Tomó la decisión de quedarse en Nueva York y le dijo a su padre que no regresaría a Arequipa.  Su padre aceptó la decisión del muchacho pero le advirtió que no recibiría más ayuda económica de su parte y por tanto, desde ese momento, se las debía arreglar sólo.  Alberto tenía que buscarse un medio de vida.
Para quien conoce las obras de Vargas siempre piensa en las chicas pin-up, las “Chicas Vargas” publicadas en las revistas Esquire y Playboy, sin embargo, sus primeras obras con Anna Mae y otras chicas de la farándula neoyorquina, denotan un talento superior o igual a los de Ingres, Degas y Toulouse-Lautrec.  Vargas trabajaba sus originales en óleo, pastel o tinta.  Su preferencia era la acuarela y ninguna de las reproducciones que se ven en la actualidad hace justicia al arte perfecto del artista con las tonalidades y la plástica que esas obras poseen.  Los retratos de 1920 de Lila Lee, también conocidos como "Canario Amarillo" y los de Caja Eric, una de las chicas de Ziegfeld, revelan esa facilidad que Alberto tenía para animar la figura femenina, con sombras al estilo de Rembrandt y Vermeer.
En los inicios de su carrera, trabajó como artista para las revistas musicales Ziegfeld Follies y para diversos estudios de Hollywood. Adquirió fama en los años 1940 al crear las imágenes estilo pin-up para la revista Esquire. Estas pinturas, también conocidas como Varga Girls ('Chicas Varga'), fueron adaptadas para adornar el fuselaje de muchos aviones de la Segunda Guerra Mundial.
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro, y que otras personas disfruten contemplando sus obras.

















































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