martes, 6 de junio de 2017

David Cunningham


David Cunningham nació en Carmel, California, en 1974 y fue criado en Chattanooga, Tennessee. Actualmente vive con sus hijos en Indianapolis, Indiana. Además de pintar, David es profesor de arte en el Colegio Franklin, donde enseña pintura, diseño, cerámica y temas de arte contemporáneo.
El interés de David Cunningham por el arte comenzó temprano debido en parte a la influencia de su hermano mayor y un primo que también son artistas. Cuando David tenía 16 años, comenzó a asistir a clases a tiempo parcial en el Atelier Studio Program de Bellas Artes, una escuela de arte tradicional que se adhiere a una estricta tradición académica francesa, además de tomar clases en el Colegio de Arte y Diseño de Minneapolis. Después de graduarse en la escuela secundaria David entró en un programa de aprendizaje de cuatro años en The Atelier. El entrenamiento en el Atelier comenzó con una serie de ejercicios en dibujos de carbón negro y blanco de bustos de casta de yeso, antes de avanzar hacia cosas más difíciles como la naturaleza muerta, el retrato y la figura humana en la pintura. Simultáneamente con estos ejercicios estaba el estudio del dibujo del natural para perfeccionar su capacidad de representar la forma humana. Después de completar el programa, David estudió pintura de paisaje mientras vivía en el sur de Argentina y sintonizó con los pintores tonistas George Inness y James Mcneil Whistler, del siglo XIX. Sus pinturas atmosféricas junto con las obras de innumerables pintores, músicos, fotógrafos y escritores siguen influyendo en su obra.
Estudió en el Estudio Atelier de Bellas Artes 2000-2006, en la Facultad de Arte y Diseño de Minneapolis - 2001-2002 y en el estudio de Hurinenko 2001-2002.
“El proceso creativo involucrado en la pintura es una práctica espiritual para mí que incluye mi mente, cuerpo y espíritu de una manera profunda y desafiante. La complejidad de la pintura me cautiva completamente, llevándome a otra dimensión libre de los confines del tiempo, del miedo y de las distracciones. Puedo describir esta experiencia como poco menos que divina. Además, veo la pintura como un proceso de auto-descubrimiento. Al contemplar la pieza terminada, encuentro que el trabajo refleja mi personalidad, mis pensamientos (conscientes e inconscientes) y mi visión del mundo. De esta manera, la pintura me proporciona una visión valiosa de mi psique”.
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro, y que otras personas disfruten contemplando sus obras.














































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