Marzio Tamer nació en 1964
en Schio, una ciudad de la región de Veneto, al norte de Italia. Estudia en
Milán donde vive y trabaja. Pintor autodidacta y profundo conocedor de la
naturaleza y de sus ritmos, para su debut en 1993 es promovido por los Salamon.
Ellos le animan a dejar la pintura acrílica a un lado para comenzar a
experimentar con tempera de huevo. En pocos años, esta técnica resulta ser la
más adecuada para las intenciones del artista. La atención meticulosa
subyacente a las pinturas de tempera al huevo absorbe a Tamer en tiempos de
entrega muy largos, y una vez más se apoya en la prueba de diferentes técnicas.
En 2002 Tamer comienza un fructífero viaje en la plena comprensión de la acuarela,
a través del estilo de pincel seco. Pocos años después domina esta nueva
técnica como pocos otros artistas, pudiendo beneficiarse de la frescura típica
de este lenguaje. Al mismo tiempo no descuida su habitual perfeccionismo formal
y no traiciona su impecable punto de vista, reconocible a pesar de la variedad
de temas que representan.
Sus pinturas son apreciadas
tanto por el público como por la crítica, incuestionablemente. Los periodistas
de este campo, que valoran su autonomía intelectual de los géneros de moda,
escriben ampliamente acerca de él.
En 1999 exhibe en Londres,
en la Galería Mathiessen, en Duke Street, donde es entrevistado por Timothy
Standring, comisario del Museo Paul Getty y conservador en jefe del Museo de
Arte de Denver. El entusiasmo de Standring por las piezas de Tamer fomentó la proyección
del autor en Estados Unidos.
En 2005 Salamon & Co.
Organiza una retrospectiva dedicada a los diez años de actividad juntos y en
esa ocasión publica un exhaustivo catálogo, editado por De Luca Editori d'Arte.
A pesar del virtuosismo
técnico, su pintura está impregnada de profunda poesía, unicidad y modernidad.
Su principal fuente de inspiración es la naturaleza: paisajes y retratos de
animales. Aunque inventa y hace sus paisajes en el taller, la verosimilitud con
la realidad es sorprendente. En cambio, el retrato de los animales es un
proceso diferente: antes de observar profundamente inmerso en la naturaleza,
más tarde, una vez que adquirió la fisonomía exacta de los animales, Tamers los
coloca en un ambiente sin elementos, vacíos: los llama "fondos
suspendidos". Sin embargo, aunque son irreales, dan una sensación de
espacio. Y es este escenario lo que hace que su producción no tenga
precedentes.
La aparente sencillez que
caracteriza a todas sus pinturas deriva de una profunda atención a la
composición que le permite interpretar las atmósferas más complejas y
representarlas con una pureza ejemplar.
Otro punto de fuerza de las
pinturas de Tamer es la selección de una paleta tan refinada, a menudo limitada
a pocos colores por pintura - o por lo que parece - de rara elegancia formal.
La selección iconográfica de
Marzio muestra un punto de vista reconocible y nunca predecible, los sujetos o
atmósferas rara vez se repiten. La profunda investigación estética y la fuerte
personalidad del artista impregnan su pintura: poética, única, sin precedentes,
inteligente y sensible.
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog
corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo
de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro,
y que otras personas disfruten contemplando sus obras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes añadir aquí tu comentario