miércoles, 6 de septiembre de 2017

Richard Currier


Nacido en Florida, Richard Currier es un maestro de la pintura representativa. Su maestría no se revela en los temas que escoge para pintar, sino en la forma como lo hace.
"A través de mi carrera he explorado una variedad de temas en varios estilos de representación; sin embargo, el verdadero tema de mis pinturas siempre ha sido una fusión entre la luz y la atmósfera".
Las inicios de su formación artística fueron en la Ringling School of Art and Design, una de las pocas escuelas del país que se centra en las habilidades tradicionales de la pintura sobre lienzo con pincel.
Esa infusión de habilidades le condujo a viajar por Holanda y Francia -en particular Amsterdam y París- para experimentar los escenarios pintados en los siglos XVIII y XIX por los maestros que amaba. Su actual trabajo puede verse como una extensión de las naturalezas muertas de esos paisajes de aquellos antiguos maestros. Sus magníficas naturalezas muertas con frutas y flores se extienden sobre las mesas de banquetes brillantes de Abraham van Beyeren, y el poder atmosférico de sus paisajes recuerda las pinturas bucólicas de Willem Maris. De hecho, la búsqueda de Currier de la "fusión de la luz y la atmósfera" es algo así como el lema de Maris "yo no pinto vacas, sino los efectos de la luz". La tradición holandesa recorre la pintura de paisajes inglesa hasta Currier, cuyas impresiones de los pantanos de Florida y el agua parecen un paso más allá en la evolución del trabajo de J.M.W. Turner.
"La tarea más difícil para muchos artistas es explicar su arte cuando alguien pregunta: "¿Por qué has hecho esto?" o "¿Qué significa?". A diferencia de un trabajo literario, que puede leerse para encontrar el mensaje que subyace en las palabras y páginas, una pintura existe íntegramente en su superficie. Todo lo que el artista pretende está expuesto para quien quiera verlo en una pintura terminada."
"Corre por cuenta del espectador decidir si el trabajo merece su atención. Para el artista, no hay respuestas correctas o incorrectas a preguntas tales como "¿Por qué?" o ¿Qué?" que se plantean a partir de las imágenes. El espectador, una vez que ha sido intrigado por una pintura, debe encontrar sus propias respuestas. A veces de esto resulta una variedad de interpretaciones, porque la respuesta de un espectador puede ser completamente diferente de la de otro. Ahí radica la belleza del arte. La pregunta es siempre la misma; es la respuesta la que cambia de un espectador a otro, de un período a otro y de un conjunto de circunstancias a otro. Ahí es, creo, donde radica el propósito del arte. Refleja los cambios de la condición humana en función de sus espectadores."
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro, y que otras personas disfruten contemplando sus obras.






































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