lunes, 13 de noviembre de 2017

Shari Blaukopf


Un amigo mío suele firma sus mensajes de correo electrónico con una breve "mantener el pincel mojado..." Trato de mantener eso en mente cuando pinto. Y creo que expresa lo que más me gusta de la acuarela. Cuando el cepillo es muy húmedo, cuando los lavados están fluyendo cuando el pigmento se mezcla en el papel de una manera que me sorprenden - es un día feliz. Alguien me dio un pincel de acuarela cuando yo estaba en mi adolescencia, y con excepción de un breve experimento con acrílicos y una aún más breve con óleos, la acuarela me sigue tirando hacia arriba.
Cada vez que me pongo un cepillo para el papel aprendo algo nuevo, y eso me mantiene en la pintura. Ya sea en mi barrio de Montreal o en mis viajes, siempre es un buen día cuando puedo conseguir un poco de la acuarela en.
Tuve la suerte de pasar unos veranos en Maine estudiar con Edgar A. Whitney, y yo no creo que pueda hablar de pintura sin dar un guiño a este gran maestro de la acuarela. Los elementos y principios de diseño que él me enseñó - a su manera entretenida y con frecuencia enfática - vuelve a mí la hora de componer una pintura o un dibujo, incluso después de muchos años. Esa es la marca de un maestro verdaderamente notable, ¿no?
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro, y que otras personas disfruten contemplando sus obras.










































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