Mary Stevenson Cassatt nació
en Allegheny, ciudad que actualmente forma parte de la de Pittsburgh, Estados
Unidos, el 22 de mayo de 1844, en una familia acomodada en la que la educación
era algo primordial, que concedía gran importancia a la cultura de viajar. Gracias
a los negocios de su padre pudo, ya durante su infancia, pasar cinco años en
Europa, viajando a capitales como Londres, París o Berlín, tiempo que aprovechó
para aprender idiomas y recibir sus primeras clases de música y dibujo.
Para poder ser pintora, tuvo que luchar contra la oposición
familiar; a mediados del siglo XIX su
familia se trasladó a París, a Alemania,
y después Italia, donde descubrió y se despertó su admiración por
Rembrandt y Velázquez. A pesar de la oposición de sus padres, inició sus
estudios de pintura en la Academia de Bellas Artes de Pennsylvania con sólo
quince años de edad.
En 1866, insatisfecha con la
enseñanza de la Academia, decidió estudiar a los viejos maestros del arte por
sí misma, viajando de nuevo a París en compañía de su madre y algunos amigos de
la familia. En aquel tiempo no era posible para las mujeres matricularse en la
Escuela de Bellas Artes, por lo que estudió de forma privada con distintos
artistas, y copió numerosas obras en el Museo del Louvre.
A fines del verano de 1870,
al estallar la guerra franco-prusiana, hubo de regresar a Estados Unidos, donde
tuvo que vivir de nuevo con su familia, que entonces residía en Altoona.
Su padre continuaba
resistiéndose a aceptar su vocación, por lo que le financiaba sólo sus
necesidades básicas, pero no los materiales para su trabajo, que por otra parte
eran muy difíciles de conseguir desde allí.
Expuso un par de cuadros en
una galería de Nueva York, donde tuvo una buena crítica pero no vendió sus
cuadros.
Se trasladó a Chicago para
probar suerte, perdiendo varias pinturas en el gran incendio de 1871.
Un tiempo después recibió un
encargo del arzobispo de Pittsburgh para realizar dos copias de Correggio en
Parma, y tras su regreso en otoño comenzaron a cambiar sus perspectivas,
exponiendo y vendiendo sus primeros cuadros.
En un nuevo viaje a Europa
en 1873, esta vez a España, visitó Madrid y Sevilla, donde realizó varios
cuadros de temas españoles. Posteriormente se trasladó a Holanda, donde profundizó
en la obra de Rembrandt.
En 1874, de vuelta a París,
se puede observar una maduración en su estilo, a la que le llevó el estudio de
los viejos maestros de los más importantes museos europeos, y las enseñanzas de
Camille Pissarro.
Ese mismo año una de sus
pinturas fue aceptada por el jurado para ser expuesta en el Salón de París. Los
críticos dijeron que sus colores eran muy brillantes y que sus retratos
demasiado fieles para favorecer al modelo, lo que le llevó a darse cuenta de
las dificultades que una mujer encontraba para que sus obras fueran aceptadas
en el Salón. Ese año se instaló definitivamente en París.
En 1875 tras de ver una obra
al pastel de Edgar Degas en el escaparate de una galería de arte, llegó a la
conclusión de que no estaba sola en su rebelión, en una carta a un amigo
podemos leer: “Solía aplastar mi nariz contra las ventanas para absorber todo
lo que podía de su arte… Cambió mi vida, desde entonces pude ver al arte del
modo que siempre quise verlo”.
Además de Degas hizo una gran
amistad con Pierre-Auguste Renoir y
Berthe Morisot.
En 1877, en uno de los más
bajos momentos de su carrera, después de que dos de sus obras que había
presentado al Salón fueran rechazadas, el propio Edgar Degas la invitó a
exponer junto a los impresionistas, que tres años atrás habían comenzado a
exponer sus obras de forma independiente, participando en varias de sus
exposiciones a partir de 1879. Permaneció unida al círculo de los
impresionistas hasta 1886, descartando cualquier otro estilo, aunque a pesar de
esto, no perdió su amistad con Degas y Berthe Morisot.
Su estilo evolucionó
acercándose a la simple, pero honesta copia de la realidad, empezando a
experimentar con varias técnicas, y en su trabajo posterior podemos observar
que casi un tercio de sus pinturas nos muestran escenas domésticas y retratos
de madres e hijos en íntima relación, especialmente a partir de 1900. Trabajó
también el grabado, con clara influencia japonesa.
La década de 1890 fue su
época más creativa, exponiendo regularmente en las mejores galerías
neoyorquinas, incluso se convirtió en modelo a seguir para jóvenes artistas
norteamericanas a las que aconsejaba en sus carreras, de entre éstas destaca
Lucy A. Bacon, a la que presentó a Camille Pissarro.
Al iniciarse el nuevo siglo
trabajó como consejera para varios coleccionistas de arte, a los que
recomendaba que eventualmente donaran sus compras a los museos de arte
norteamericanos. No obstante se la reconoció de forma tardía en los Estados
Unidos.
En 1891 exhibió una serie de
coloridas pinturas entre las cuales destacan: “Mujer tomando un baño” y “El
salón de belleza”, cuadros inspirados en el arte japonés que fueron exhibidos
en París un año antes.
Fue en general hostil a los
movimientos pictóricos posteriores, como el postimpresionismo, el cubismo y el
fauvismo.
En viaje que realizó a
Egipto en 1910 le produjo una fuerte impresión, introduciéndola en una crisis
de salud y de creatividad, considerando que sus manos eran incapaces de
reproducir la fuerza de aquel que era seguramente el mejor arte de la
Antigüedad.
En 1911 le fue diagnosticada
una diabetes, reumatismo, neuralgia y cataratas, enfermedades que en 1914 la
obligaron a dejar de pintar. Se había quedado casi ciega, a pesar de ello, en
1915 aún tuvo fuerzas para contribuir con dieciocho pinturas para apoyar al
movimiento sufragista.
Después de once años de
completa inactividad artística debido a su ceguera, murió en Château de
Beaufresne, París, el 14 de junio de 1926. Fue enterrada en un mausoleo en Le
Mesnil-Théribus, en la Picardía francesa.
En 1904 se le había
concedido la Legión de Honor por sus contribuciones al arte del impresionismo
Nunca contrajo matrimonio,
pues desde muy pronto consideró que ello era incompatible con el desarrollo de
su carrera.
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog
corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo
de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro,
y que otras personas disfruten contemplando sus obras.
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